Los grandes cambios en la vida, en la sociedad o en cualquier proyecto no suceden de golpe ni de manera inmediata. Surgen a partir de pequeñas acciones cotidianas que, acumuladas, generan una transformación profunda.
Un gesto: cada acción, por mínima que parezca, puede marcar una diferencia.
Una persona: todo cambio comienza con alguien que da el primer paso.
Un momento a la vez: el cambio se construye en el presente, con constancia, sin esperar resultados instantáneos.